20 febrero 2025
Los edulcorantes son el mal de nuestro siglo, es decir, el peor de los alimentos que podemos tomar y entre ellos el Aspartamo. Está en los edulcorantes para el café, en las latas de bebidas dietéticas, en los caramelos sin azúcar, en fin, en todas partes donde se necesite endulzar cualquier ingrediente.
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Los riesgos del aspartamo: el edulcorante más popular podría perjudicar la salud cardiovascular
El aspartamo, uno de los edulcorantes artificiales más comunes en refrescos dietéticos y alimentos sin azúcar, podría tener efectos negativos en la salud cardiovascular, según un estudio publicado en la revista Cell Metabolism. Investigadores del Instituto Karolinska de Suecia encontraron que el consumo de este sustituto del azúcar puede aumentar los niveles de insulina y favorecer la acumulación de lípidos en las arterias, lo que eleva el riesgo de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
El consumo de este edulcorante puede aumentar los niveles de insulina y favorecer la acumulación de lípidos en las arterias
El estudio surgió cuando el autor principal, Yihai Cao, observó a uno de sus estudiantes bebiendo un refresco ‘light’. “Le dije: ‘¿Por qué no investigas eso?’”, recuerda Cao, experto en enfermedades crónicas relacionadas con trastornos vasculares.
"No creo que este mecanismo de inflamación vascular sea exclusivo de los edulcorantes", explica Cao a SINC. "Los azúcares con alto contenido calórico, incluidas las bebidas energéticas, podrían tener efectos perjudiciales similares".
Tres latas de refresco al día
Para llevar a cabo la investigación, los científicos alimentaron a los ratones durante tres meses con dosis diarias de alimentos que contenían un 0,15 % de aspartamo, una cantidad equivalente a consumir aproximadamente tres latas de refresco dietético al día en humanos. Los resultados mostraron que, en comparación con los roedores que no recibieron una dieta con edulcorantes, los ejemplares alimentados con aspartamo desarrollaron placas arteriales más grandes y con mayor contenido de grasa, además de niveles más altos de inflamación, ambos indicadores de una salud cardiovascular comprometida.
Al analizar la sangre de los ratones, el equipo encontró un aumento en los niveles de insulina después de que el aspartamo ingresara en su sistema. Este resultado se atribuye a que la boca, los intestinos y otros tejidos están revestidos de receptores que detectan la dulzura y guían la liberación de insulina. Sin embargo, el aspartamo, que es 200 veces más dulce que el azúcar, parecía engañar a estos receptores para que liberaran más insulina de lo normal.
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